Años atrás el ideario colectivo suponía que empresa era sinónimo de un enorme complejo fabril, y el empresario era tan sólo un hábil ejecutivo muy bien instruido…
La creación de las redes sociales, especialmente facebook, sigue siendo el ejemplo más características de este supuesto: un producto diseñado para un medio virtual, creado por un grupo de jóvenes universitarios con un proyecto de curso, que reúne las múltiples aplicaciones ya existentes en la red para crear un programa que responde a la simple necesidad de comunicarse (de modo fácil y divertido) con billones de usuarios a nivel mundial y cuyo enorme potencial recientemente fue descubierto por las grandes empresas como un medio efectivo de publicidad y contacto con el usuario – consumidor.
Y es que sencillamente, los cambios en los patrones de consumo, tan volátiles como los índices del mercado bursátil, sus inagotables y complejas necesidades, aunado a un nivel de credulidad en los medios casi nulos; han impulsado la actividad expedicionaria de ir en pos de innovar o crear el producto perfecto. Cualidades que resumen el perfil de un emprendedor, una persona quien gracias a sus deseos de éxito y autosuperación, es capaz de hacer de lo impensable, lo peculiar o lo poco ortodoxo; el vehículo para crear negocios inexistentes o romper los limitantes paradigmas comerciales.
El presente espacio, rinde especial tributo a aquellos “constructores de sueños”; hombres, mujeres y jóvenes procedentes de contextos dispares, situaciones increíbles, egresados de prestigiosas centros educativos, visionarios sin diploma, inventores natos, observadores atentos, oportunistas insufribles… En fin, a todos quienes se atrevieron a tomar el camino difícil, a ver el mundo de otra forma y que con su éxito, nos enseñan que sí es posible triunfar en la vida, que todo aún no está hecho y todavía queda espacio para que otros tanto como ellos sigan sus huellas; descubriendo que el mercado moderno no es un monstruo, el capitalismo no devorará al pez más pequeño del eslabón y los negocios, no son más que combinar la creatividad del artista, la agudeza de un cazador de ofertas, el juicio de un analista y el corazón de un luchador incansable.